[002] La villana retrocede el reloj de arena (por Sansobi)

 

Spoiler - The Villainess Reverses the Hourglass | Novel Updates Forum

La villana retrocede el reloj de arena, parte II

por Sansobi

Era la misma madre que había sido envenenada y muerto de un ataque al corazón. Era una mujer hermosa y elegante que cautivaba el corazón de muchos caballeros con sus labios más rojos que las rosas y su cuerpo sensual. Por supuesto, era muy joven y rigurosa ahora que disciplinaba a Aria para que esta mantuviese los modales en la mesa. Era el mismo instinto maternal que resonaba en ella desde que tuvo una niña.

 ¿Pensó Aria en que se encontraba en el comedor? El desastre de carne sangrienta se encontraba esparcido por todo su plato, mientras que el tazón de ensalada estaba vacío pues su contenido se hallaba sobre la mesa.

'No he cometido un acto así desde mi décimosexto cumpleaños, cuando fui terriblemente humillada.'

Aria miró sus manos. Eran muy pequeñas y suaves. Tampoco había cicatrices de la vez que le arrojó una botella de cristal a Mielle.

Esa había sido la primera vez que cometió un acto violento contra Mielle, que sucedió cuando tenía quince. En aquel tiempo, la botella llena de agua había sido demasiado pesada para que una niña frágil la arrojara con facilidad y en lugar de dirigirse hacia Mielle cayó sobre los pies de Aria.

Al romperse la botella de vidrio, las piezas afiladas lastimaron la parte alta de sus pies y sus manos también, causando que Aria saliera llorando de la mansión. La principal instigadora de dicho acto fue Mielle. No, había sido la sirvienta de Mielle la que causó que se lastimara a sí misma.

'No tenía indicios de que toda esa gente fuese los informantes de Mielle.'

La sirvienta que la había ayudado con los métodos para lastimar a Mielle había confesado al final que todos esos incidentes fueron planeados por la mujer malvada, junto a todos los pecados que cometió. Por confiarlo todo a una sirvienta que le servía, la ingenua y tonta hija de una prostituta había encontrado su final miserable.

'No puede ser...'

 Aria despertó ante la increíble posibilidad que podría haberse vuelto realidad y miró alrededor de ella. Así como todo los demás eran pequeños y jóvenes, ella también lo era.

'¡Estoy viva...!'

No era un sueño ni una alucinación. El dolor de la herida que había dejado el vidrio que dejó caer lo confirmaba. Al revisarla con sus propios ojos, encontró sangre roja. La sirvienta, quien estaba limpiando el suelo, lo notó, causando que su rostro se volviese oscuro y cabizbajo. 

"¿¡Aria!?"

Era su madre, que se encontraba sentada junto a ella, por lo que Aria se tragó su aliento y colocó una expresión de shock. Las manos de Aria temblaron. Sus labios estaban secos y su rostro desprovisto de vida.

Una habitación de miradas frustradas se dirigían hacia ella, quien observaba pálida sus manos. Pronto esa vulgar y pequeña mocosa alzaría su voz y gritaría. Ese era el futuro que nadie dudó que pasara. No había ni un toque de lástima por Aria, en quien todos habían perdido la fe.

Aria cerró tranquilamente sus ojos. Reflexionó por un momento las opciones que se presentaron ante ella. Alzó su mirada y enderezó su cara, decidida en lo que haría.

"Jessie, dame tu pañuelo. Creo que me he lastimado la pierna, por lo que te pediré que me atiendas. Me disculpo, pero pienso que tendré que terminar mi comida más tarde."

Fue una respuesta calmada que traicionó las expectativas que todos tenían sobre Aria y su usual elección de gritar. Ella tomó el pañuelo de su sirvienta y secó su mano, dejando una nota de disculpa por haber causado un disturbio durante la hora de comida. Esa reacción totalmente inesperada de Aria causó que todos los que se encontraban alrededor se quedaran helados y sin habla.

Aria, quien había sido asistida por Jessie en su habitación, pudo sentirse a sí misma joven. Conforme se había vuelto mayor, había cambiado todos los muebles y decoraciones de su habitación por lujosos de alta calidad, colocando por todas partes joyas que había comprado para presumir.

Aunque su habitación ahora se sentía lujosa, no tenía objetos mayormente elegantes ya que había sido decorada por una adolescente noble e inmadura. Volteó hacia su pierna y miró a Jessie vendando la herida.

Aunque Jessie ha estado del lado de Mielle, ella la había desalentado de cometer la serie de fechorías que hizo. Aria recordó cómo había cortado la lengua y el cabello de Jessie, y quemado su mano derecha en los establos porque no le gustaba ser contradecida. Esa misma Jessie se encontraba ahora totalmente bien y vestía su pierna.

'... era solo Jessie. Ella era la única sirvienta que intentó evitar que yo cometiese actos malvados... no debí haberla echado.'

Cuando entró al condado por primera vez, muchos de los nobles y las sirvientas la habían comparado con Mielle, sembrando celos dentro de ella.

'¡Estoy segura de que Aria puede hacerlo mucho mejor! Aunque es seguro que la señorita Mielle usará algunos métodos deshonestos, ¿cierto?'

La estúpida e ingenua Aria, sin saberlo, se había apegado a las sirvientas que le habían dicho palabras dulces bajo las indicaciones de Mielle, y había sido incapaz de superar esos celos, eventualmente muriendo de un modo miserable.

Sin embargo, ahora era diferente. Una persona que sabe que hay una trampa no cae en ella. Más que eso, la persona devolvería el costo de construir esa trampa. 

Y quien había puesto la trampa era el demonio entre las mujeres maliciosas, la que vestía la máscara de santa.

Era precisamente su media hermana, Mielle Roscent.

'Nunca te perdonaré.'

Se había hecho la promesa de que jamás perdonaría a esa perra incluso si su cuerpo era arrojado al fuego.

Quizás fuese por su retorno al pasado, pero la fatiga la estaba abrumando. Quería recostarse y descansar inmediatamente. Aunque había considerado que todas esas bendiciones serían disipadas y reemplazadas por una pesadilla, ella no podría derrotar la fatiga que caía sobre ella. Oró para no despertar si es que esa terminaría siendo la última vez que sería capaz de dormir. Ese era su último deseo y la esperanza de alguien que había vivido su vida llena de celos. 

"Jessie, quiero recostarme en la cama."

"Sí, señorita."

 Jessie la vistió con sus pijamas y la ayudó a acomodarse en la cama para descansar. Hasta entonces, había pensado levemente en las acciones ocurridas frente a la mesa, pero en ese momento, era como si Aria hubiese perdido toda su fuerza o algo más.

'... ¿Qué es esto?'

Con la ayuda de Jessie, doblaron las sábanas y se metió en la cama, pero después de percibir una sensación extraña y dura, apresuradamente sacudió sus piernas y se levantó de su lugar, incapaz de comprender porqué esa suave y sedosa sábana podría sentirse tan extraña.

"¡Jessie! ¡Apresúrate y revisa debajo de la sábana!"

Dudando de que Mielle hubiese planificado algo contra ella, Jessie siguió las órdenes de Aria. La sorpresa bañó su rostro cuando rápidamente arrojó la sábana fuera de la cama. Granos de arena se desperdigaron por el suelo con fragmentos de vidrio entre ellos. La pieza más grande con una forma parecida a una X era claramente de un reloj de arena. 

Después de confirmar esto, Jessie se reverenció hasta el suelo y admitió ante el crimen.

"Antes de que empezara su comida, yo... yo limpié la cama, ¡pero no estaba consciente de que hubiese vidrios en ella!, Señorita, ¡de verdad lo lamento!"

Su cuerpo se estremecía furiosamente con su rostro sobre el suelo. Era como si estuviese en la espera de un arranque de furia contra ella, principalmente porque continuó admitiendo el error lo más alto que pudo.

Los ojos temblorosos de Aria se voltearon en dirección a Jessie por un momento antes de volver hacia el reloj de arena. Tomó cuidadosamente la pieza rota con sus manos. Era algo que nunca antes había visto, pero se sintió muy familiar, aterrador e incluso precioso.

'¡Tal vez!' tenía el presentimiento de que quizá no había sido una coincidencia. '¡Sí! Todo esto seguro es una señal de Dios. ¡La voluntad de Dios es salvar a la pobre niña que se arrepintió de su pasado después de haber sido engañada como una idiota!"

¡Todo esto era para liberarse de las crisis de maldad que la habían conducido al abismo! Y seguramente había sido con la ayuda de Dios que ella logró mantener todas sus memorias intactas, para que su venganza fuese posible.

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